La fibra dietética (FD) como prebióticos es un aliado clave en la búsqueda de una vida saludable. Esta categoría incluye diversos componentes como la celulosa, hemicelulosa, pectinas, entre otros, todos resistentes a la digestión en el intestino delgado. Pero ¿Cómo puede la fibra ayudar a reducir peso y grasa corporal?

Primero, la FD insoluble, que comprende celulosa, hemicelulosa y lignina, proporciona saciedad temprana, reduciendo la ingesta de alimentos y, por ende, el índice glicémico. Este efecto contribuye al control del peso y previene la acumulación de grasa abdominal.
La FD soluble, como las gomas y pectinas, es digerida por la microbiota intestinal, convirtiéndose en ácidos grasos de cadena corta (AGCC). Estos ácidos son utilizados por el colon, ayudando a mantener la sensibilidad periférica a la insulina y contrarrestando la inflamación asociada a la obesidad abdominal.
Se ha observado que estos ácidos mejoran la internalización y el consumo de glucosa por las células, contribuyendo a una mayor eficiencia metabólica.
Una mayor cantidad de AGCC circulantes se relacionan con la reducción de la lipólisis de los adipocitos y de la adipogénesis, promoviendo adipocitos más pequeños y receptivos, lo que se asocia con una reducción del infiltrado inflamatorio adiposo. También inhiben la acumulación de lípidos en adipocitos a través de la señalización FFAR 2, reduciendo los ácidos grasos libres en el hígado.
En resumen, la fibra dietética y los Ácidos Grasos de Cadena Corta desempeñan un papel clave para mantener un peso saludable y contribuir en la reducción de grasa corporal.

Prebióticos y probióticos
De todos los factores que pueden conducir a mejorar la composición de la microbiota y el peso corporal, los cambios en la dieta son los más importantes a la hora de establecer medidas de tratamiento.
En este sentido, el suministro de probióticos se considera una posible alternativa para restablecer condiciones de disbiosis de la microbiota intestinal relacionadas con la obesidad, así como ciertos biomarcadores asociados a esta patología.
Diversos estudios han observado que el consumo de los probióticos favorece la pérdida de peso, además de la restauración de la microbiota intestinal y la biodisponibilidad de vitamina B12.
Los miembros de Bifidobacterium se encuentran entre los primeros microbios que colonizan el intestino humano de forma natural; su abundancia y diversidad en el colon están estrechamente relacionadas con la salud del huésped. Recientemente, se ha demostrado gradualmente que la microbiota intestinal es mediadora crucial de diversos procesos metabólicos entre el entorno externo y el huésped.
Bao-Lin He et al.
Por otro lado, los fructanos tipo inulina (FTI), incluidos los fructooligosacáridos de cadena corta (scFOS), la oligofructosa y la inulina, son fibras de uso común que se utilizan ampliamente.
Se consideran prebióticos por su capacidad de ser utilizados selectivamente por la microbiota intestinal para conferir un beneficio para la salud.
En ensayos controlados a doble ciego, el suministro de inulina enriquecida con oligofructosa demostró alterar selectivamente la microbiota, reduciendo la puntuación Z del peso corporal, el porcentaje de grasa y niveles de interleucina 6 en niños con sobrepeso u obesos. Además, el consumo de FTI durante tres meses por mujeres obesas resultó en la modulación de la microbiota intestinal y el metabolismo de las grasas, con reducciones significativas en la masa grasa y niveles séricos de lipopolisacáridos (LPS).
En un estudio con personas con sobrepeso u obesas, el suplemento diario de fructooligosacáridos resultó en una pérdida significativa de peso corporal, influenciando positivamente las hormonas relacionadas con la saciedad, como la grelina y el péptido tirosina-tirosina (PYY).

Además, los FTI mejoran la sensación de saciedad al influir en hormonas clave como el GLP-1, el PYY y la grelina. Estudios indican que la ingesta de fructooligosacáridos puede reducir el consumo de alimentos energéticos, aumentando los niveles de GLP-1 y PYY, contribuyendo al control del apetito.
Los efectos beneficiosos para la salud informados después de la ingesta de FTI incluyen una mejor función de la barrera intestinal, una mayor sensibilidad a la insulina, una disminución de los triglicéridos y un mejor perfil lipídico, una mayor absorción de calcio y magnesio y una mayor saciedad
Al restaurar la salud de la microbiota y desencadenar efectos beneficiosos en el metabolismo de lípidos, estos prebióticos son la clave para aquellos en busca de una pérdida de peso efectiva y sostenible.

Referencias:
- Casasola, S., & López Segura, G. (2022). Sobre el papel de la fibra dietética en la dietoterapia de la obesidad, el Síndrome metabólico y la resistencia a la insulina. Revista Cubana de Alimentación y Nutrición, 30(2).
- Armas RRA, Martínez GD, Pérez CER. Fructanos tipo inulina: efecto en la microbiota intestinal, la obesidad y la saciedad. Gaceta Médica Espirituana. 2019;21(2):134-145.
- Morrison, D. J., & Preston, T. (2016). Formation of short chain fatty acids by the gut microbiota and their impact on human metabolism. Gut microbes, 7(3), 189–200. https://doi.org/10.1080/19490976.2015.1134082
- He, Bao-Lin et al. “Bifidobacterium spp. as functional foods: A review of current status, challenges, and strategies.” Critical reviews in food science and nutrition vol. 63,26 (2023): 8048-8065. doi:10.1080/10408398.2022.2054934
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